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Chapter 4 - Episodio 1: 'El Hambre Contenida' Parte 3

Darius se veía extremadamente intimidante. Midas tembló con un poco de miedo al verlo, pues entendía que, si intentaba hacer algo cerca de él, sería aplastado por el poder de la temible hacha de Darius.

Midas no conoce a este hombre, claro está. Es la primera vez que lo ve, pero podía sentir un poder explosivo proveniente de él. Tal vez se debía a la magia que corre por sus venas que puede sentir cosas que las personas normales no.

¿Cómo salgo de aquí? Él lugar está rodeado de soldados. Midas está acorralado en una esquina, no hay ninguna oportunidad para escapar. Además, si algún soldado o Darius llegan a ver el inhibidor en las manos de Midas, todos se lanzarán encima de él al instante.

Ahora este pobre diablo está contra la espada y la pared. Solo un milagro podría salvarlo.

Hilarante...

Era demasiado bueno para ser verdad... Cuando Midas estaba pensando que su libertad se había acabado, entre las sombras, Briar se movió con gran agilidad a pesar de que sus brazos están inmovilizados por el cepo.

Ella se agachó entre los callejones y las cajas, como un animal que acecha en la oscuridad. Sus grandes ojos miraban el entorno y su instinto de caza se activó, aunque esto se había vuelto curioso hasta cierto punto. Briar no está acechando a los soldados, sino a Midas. Cuando la acalorada pelea en la zona comercial terminó, ella de inmediato buscó a Midas. El aroma del hombre la atrajo a este lugar y la llevó a descubrir el paradero de Midas, pero al ver que todo estaba vigilado por los soldados, pensó que esto no sería bueno para nadie.

Con Darius presente, Briar sintió muy bajo en su instinto que no debía lanzarse a pelear como cualquier idiota. Ella sintió peligro en ese tipo, sin embargo,—¿A quién le importa?—Briar no es alguien que pueda razonar con claridad.

A Briar también le gusta pelear. Al ver a un oponente tan grande como una montaña, ella se sintió emocionada por comparar su fuerza contra ese tipo, pero lastimosamente también tenía un objetivo muy claro. Esto se había reducido a dos decisiones difíciles.

—Tengo que buscar a Midas, pero...—ayudar a un amigo, o pelear contra una montaña. La decisión era difícil, tanto que hasta la mente de Briar se sintió al borde del colapso—Huh... Será en otra ocasión.

Negó decepcionada y siguió ocultándose entre las sombras. Midas estaba cerca, seguramente muy asustado por estar acorralado como un conejo en una jaula, por lo que Briar quería saber si podía acercarse sin llamar la atención. Claro, ella no es una asesina profesional como para saber cuándo ocultarse o cómo borrar su propia presencia, pero sabía cómo armar distracciones.

En esta zona había muchas cajas de madera, muchas más que en la zona comercial. Si lo que causa una distracción es algo ruidoso, sería perfecto, ya que Briar es una experta en hacer ruido.

—A veces el hambre también puede ayudarte a pensar—es algo que se relaciona con la supervivencia. Si te mueres de hambre, la sensación de muerte te impulsará a hacer lo que sea para sobrevivir. Briar sabía mucho de eso, pues ella vive con hambre. Entonces, en un rápido movimiento en el que juntó un montón de cajas, pateándolas y tratando de no hacer tanto ruido, Briar se preparó para lanzar su grito carmesí—¡Distracción! ¡Ahhhg!

Las cajas salieron volando contra algunos de los soldados y las casas, provocando un sonido similar al de una pequeña explosión. Todas las cajas explotaron en pedazos, haciendo que los soldados cercanos se pusieran en alerta.

Darius, que estaba cerca de atrapar a Midas, miró en esa dirección y se acercó. Agarró el hacha en sus poderosas manos y frunció el ceño.

Al ver a Darius alejarse, Midas respiró con dificultad. No supo qué provocó esa distracción, pero agradeció internamente. Se agachó cual rata escurridiza y salió corriendo de la zona. Algún que otro soldado lo vio huir, pero no le prestaron atención ya que la descripción de Briar ya había llegado a todos, por lo que el objetivo es está chica asesina, no un tipo flaco y descalzo con una capa negra.

Fue una suerte para Midas que los soldados no lo relacionaran con Briar. Como ambos estuvieron separados en el momento del ataque, realmente fue afortunado que nadie los haya visto juntos. Un incidente afortunado.

Darius llegó a la zona de la explosión. Vio soldados pegados en las paredes luego de la explosión, heridos y algunos muertos. Cerca de allí había gotas de sangre que se cernían dejando un rastro de sangre en el suelo.

—Está cerca—era obvio para Darius. Sin embargo, Briar pudo haber escapado sin provocar este revuelo. Entonces, ¿por qué arriesgar su posición oculta al provocar tanto revuelo?—Pero no tiene sentido…

El informe inmediato decía que la prisionera Briar escapó junto a otro de los prisioneros. Lo más probable es que ambos estén juntos, eso sí los dos lograron arreglárselas para escapar juntos hasta el final. Además, la descripción del hombre que acompañaba a Briar también era confusa. Era demasiado normal para encontrarlo solo mirando los alrededores.

—Dile a todos los soldados que se separen. Busquen en todos los callejones más oscuros. No hay que dejarlos escapar—ordenó Darius con un tono de voz autoritario. Aunque preparó su hacha para pelear contra Briar, lo hizo en vano. Ella también ha escapado, pero ese rastro de sangre era la clave—No pasará mucho hasta que no tengan a dónde huir.

Uno de los soldados cercanos asintió y fue a avisar a los demás.

***

Casi me atrapan. Estuvo demasiado cerca. Midas nuevamente se encontraba corriendo por su libertad. Dentro de poco saldrá de este lugar y estará cerca de las llanuras de Noxus. Si logra mantenerse oculto, podrá llegar a los horizontes de Noxus en unos pocos días. El camino es demasiado largo y peligroso. Pero era mejor que morir pudriéndose en una celda. Pero… no importa… Estaré allí, no importa lo que tenga que hacer.

De pronto…

—¡Excelente huida, mi escuálido amigo!—la voz de Briar resonó a su lado.

Midas se asustó tanto por la repentina aparición de Briar que cayó de cara en el suelo después de tropezar con sus propios pies.

—¡Carajo! ¡Casi se me sale el corazón por la boca! ¡¿Estás loca?!—gritó Midas mientras se levantaba del suelo.

Briar lo escuchó con atención con una linda sonrisa amigable, pero no le importó si Midas tenía la frente sangrada por el golpe. Cuando escuchó a los soldados a sus espaldas, con los dientes, ella agarró a Midas de la capa y lo levantó sin problemas. Después de eso, ella se echó a correr con todas sus fuerzas, haciendo parecer que Midas era una bandera izando en lo alto de un poste.

—¡¿Ahhhhhh?!—la voz de Midas se desvaneció en la oscuridad de los callejones.

Así este momento tan cómico se extendió hasta que finalmente salieron de la capital.

Fueron perseguidos por diferentes soldados en el camino, pero Briar fue implacable en todos los sentidos, peleando y corriendo mientras llevaba a Midas como un muñeco de trapo entre los dientes. Afortunadamente Darius no pudo alcanzarlos debido a la estamina casi infinita de Briar, lo que le permitió a Midas ser arrastrado fuera de la capital sin problemas y sin ninguna herida.

Me sentí inutil… Porque mientras Briar peleaba y hacía todo lo posible para ayudar en el escape, Midas solo se escondió como un cobarde y no hizo nada.

—Qué vista tan terriblemente nostálgica…—susurró Midas al ver hacia atrás.

El campo llano se extiendió frente a ellos, alejado del poderoso e imponente Bastión Inmortal que se extendía tenebrosamente sobre el paisaje que los ojos de ambos pudieron ver. Los grandes edificios, los problemas y los secretos de este lugar, encerrados en el corazón del Imperio finalmente eran tan lejanos.

Cuando Briar soltó a Midas después de correr durante una hora entera, ella se echó en el suelo mirando al cielo. Midas la vio más normal de lo que debería, y luego cerró los ojos.

La primera vez que llegué a este lugar, pensé que ese momento sería el comienzo de mi historia como un héroe. Nadie podía culparlo, pues Midas era solo un niño cuando llegó a Noxus. Llegó a este lugar con el deseo de ayudar a alguien.

—¡...! ¡Briar, levántate! ¡Rápido!—ignorando los pensamientos relacionados al pasado, Midas tocó el costado del torso de Briar con la punta del pie.

—¿Qué pasa, Midas? ¿Por qué te pones tan tenso?

Midas no dijo nada, solo se limitó a mirar a la entrada del Bastión Inmortal. Briar siguió la mirada de Midas y se percató que un pequeño escuadrón estaba saliendo del Bastión. A la cabeza del escuadrón estaba Darius, quien miró a Briar con el ceño fruncido.

Ambos estaban lo suficientemente lejos para huir, pero en esta llanura es muy fácil ver a dónde se dirigen. Al no tomar en cuenta este hecho, Briar y Midas no tenían escapatoria en primer lugar.

—Esto es muy malo, después de todo—dijo Briar, levantándose del suelo y mirando a Darius con curiosidad.

Pero algo extraño pasó. Darius no le ordenó a sus soldados avanzar, solo se quedaron mirando a los dos individuos en silencio. La expresión de Darius fue seria en todo momento, una expresión acompañada por una mirada fría y calculadora. Ni Midas ni Briar fueron capaces de leer las emociones de Darius.

De un momento a otro, Darius levantó su hacha y movió el cuello haciéndolo crujir. Avanzó lentamente mientras su escuadrón miraba en silencio.

Midas tragó saliva, pues era más que obvio lo que se avecinaba. Una batalla inminente… Al pensar en eso. Midas notó que Briar dio un paso adelante.

—Oye, Midas. Ahora mismo me voy a poner muy loca. Mientras yo peleo contra ese grandullón, es mejor que cojas tu mapa y te vayas lejos. Yo te alcanzaré después de derrotarlo.

—¿Qué…?—demasiado asustado para entender las intenciones de Briar, Midas se quedó congelado en su lugar—No entiendo. Esa persona es demasiado poderosa, puedo sentirlo en cada partícula de mis huesos. Tú no podrías…

Y no era para menos. Midas sabía a lo que Briar se iba a enfrentar sin siquiera conocer al enemigo. Midas podía "sentir" el peligro inminente, pero Briar negó mientras se reía.

—Jajaja… Huir o pelear… son demasiadas opciones—el hemolito tembló levemente. Briar miró a Midas y le dio a entender que esto iba a ser divertido—Así que elegiré pelear.

Para ese momento, Darius ya se encontraba delante de ellos…

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