Cherreads

Chapter 47 - Capitulo 43

—En la guerra, es imposible no tener pérdidas. Como rey, crearé el Monumento a los Caídos, para recordar su sacrificio —dijo Gilgamesh, con solemnidad.

—Pero buen trabajo hasta ahora. Nuestra enemiga es la diosa Gordon. Ahora compartiré algunas contramedidas —añadió, cruzando los brazos.

—Bueno... hemos visto que a un espíritu divino es difícil matarlo incluso con un espíritu heroico —murmuraba Gilgamesh, apoyando la palma de su mano en el mentón.

—Entonces, solo necesitamos hacer que otro espíritu divino luche contra ella —dije.

—¿Te refieres a Luciano? —preguntó Fujimaru.

—No, él será nuestra arma secreta —respondió Gilgamesh con una sonrisa confiada.

—Entonces, ¿a quién aseguraremos? —volvió a preguntar Fujimaru.

—Es fácil. Su misión será unir a mi ejército con la diosa Ishtar.

—Pero, mi rey... Ishtar es la diosa de Uruk. No podemos luchar contra ella —dijo Siduri, preocupada.

—Ahh, Siduri. ¿Cuándo dije que íbamos a luchar contra ella? —replicó Gilgamesh con un dejo de diversión.

—¿A qué se refiere? —preguntó ahora Mash, confundida.

—Muy sencillo. Le ofreceremos algo que no podrá resistirse a tener —dije mientras una bolsa de piedras preciosas aparecía en mi mano.

—¡Ja, ja, ja! Exacto. Esa diosa desvergonzada no podrá rechazar una ofrenda así —rió Gilgamesh con orgullo.

—Ahora, marchaos. Haced que se una a nosotros —ordenó mientras se ponía de pie con autoridad.

Nosotros solo asentimos antes de partir.

—Merlín, ¿a dónde tenemos que ir? —preguntó Fujimaru.

—Debemos dirigirnos al monte Ebih —respondió Merlín.

—¿Creéis que Ishtar causará problemas? —preguntó Mash con cierto recelo.

—Claro que causará problemas. Pero lo bueno es que es una semi-servant, una fusión parcial, así que no es exactamente la misma Ishtar de las leyendas. Si lo fuera, jamás nos habría ayudado a nosotros ni a nadie. Por eso aún tenemos posibilidades —dije, mirándolos con seriedad.

Merlín solo asintió, dándome la razón en silencio.

—Bien, ahora necesito una gran careta... y os contaré el plan.

Una hora después…

Nos encontrábamos camino al templo que Ishtar había construido en la cima del monte, después de conquistarlo.

—¿Recordáis el plan? Siento la presencia de Ishtar justo al girar esa curva, así que su templo debe estar allí —dije mientras los miraba con seriedad.

—Luciano, si tu plan falla y tenemos que luchar contra Ishtar, ¿cuál es el plan de escape? —preguntó Romani a través del comunicador en la muñeca de Fujimaru.

—No se preocupe, doctor. Yo los protegeré. Después de todo, soy el más fuerte —respondí con confianza, aunque en mi mente no pude evitar pensar: Espero no terminar partido a la mitad en algún momento...

Todos sonrieron, tranquilos por mis palabras, y doblamos la esquina.

—Esto es típico de ella, ¿cierto? —comenté con una gota de sudor en la frente al ver lo que nos esperaba.

—Eso parece... —respondió Fujimaru con una risa incómoda.

—La verdad es que es un templo muy extravagante —dijo Mash mientras contemplaba el majestuoso edificio blanco y dorado, flanqueado por dos enormes estatuas de gatos de la buena suerte.

—¡Chicos, detrás de mí! —grité mientras creaba un muro de tierra que bloqueó los ataques que Ishtar nos lanzó desde lo alto del templo.

—¡¿Habéis venido a mi templo?! Parece que os habéis confundido. Que os ayudara antes no me convierte en vuestra amiga —declaró Ishtar desde lo alto.

—Ishtar, solo queremos hacer un trato contigo —le dije alzando la voz.

—Luciano, sigo siendo una diosa. Y no cualquier diosa, sino la más temida de Mesopotamia. Ahora os mostraré lo temible que puedo ser —exclamó mientras cargaba un ataque en su gran arco.

Rápidamente creé otro muro que detuvo su ataque. Entonces, con un salto ágil, aparecí sobre su arco.

—¿Te han dicho alguna vez que te ves linda cuando finges estar enojada?

—¿¡Qué dices, imbécil!? —gritó Ishtar, sonrojada, mientras me lanzaba una patada que detuve con la mano.

[Relación con Ishtar +10] [70/100]

—Vamos, eres una diosa. ¿Por qué te pones así? Los humanos deben haberte dicho cosas más cursis.

—Sí, pero ellos lo decían para conseguir algo. Cuando tú me lo dijiste... sentí que no tenías segundas intenciones —respondió, bajando ligeramente la guardia.

—Bueno, déjame repetirte la oferta. ¿Te unirás a nuestro grupo?

—No.

—Entonces... creo que tendré que llevarme estoooo... —grité, fingiendo tropezar. La bolsa que sostenía en la mano se abrió, y un montón de gemas preciosas se esparcieron por el suelo, atrapando la atención de Ishtar.

—Chicos, se me cayó la ofrenda para Ishtar —dije con fingida tristeza mientras me giraba para mirarlos.

—¿Ofrenda...? —preguntó Ishtar, sorprendida.

—Claro. Todas estas joyas y tesoros serán tuyos —intervino Merlín, acercándose con una carreta repleta de riquezas.

—¿Todo eso es... para mí? —Ishtar, atónita, se dejó caer sobre su arco, con la mirada brillante.

—Y además, te dejaré tener el 20% de mi Puerta de Babilonia —añadí con una sonrisa.

—Espera un momento... ¿dijiste Puerta de Babilonia? —tartamudeó Ishtar.

—Sí.

—¿Te refieres a la de Gilgamesh?

—Exacto.

—¿Cómo la posees? —preguntó, incrédula.

—No lo sé. Simplemente me considera digno... y se conecta conmigo.

—Bueno... eso es medianamente posible —admitió Ishtar.

—Entonces, ¿te unirás a nosotros? —insistí.

—La verdad es que... es una oferta muy tentadora —murmuró, pensativa—. ¡No, no pienses así, Ishtar! ¡Eres una diosa! ¡No puedes dejarte llevar por...!

—Entonces te ofrezco el 25%.

—¿Ve-ve-ve-veinticinco? —gritó Ishtar, temblando por el deseo de aceptar.

—Bueno... en realidad, aún no me convence —dijo, sudando por la tensión de resistirse.

—Bueno, chicos, supongo que tendremos que llevarnos las ofrendas y buscar otra opción —dije mientras me giraba, haciendo uso del viento para guardar nuevamente las gemas en la bolsa.

—¡Espera! —exclamó Ishtar. Me giré para mirarla—. Luciano, me has convencido. Me uniré a tu equipo.

Al escucharla, todos sonrieron de alivio y alegría.

—Ahora, arrodíllate y bésame el pie para completar el contrato —dijo con una sonrisa provocadora.

—Creo que así no funciona... —comentaron Mash y Fujimaru, con una gota de sudor en la frente.

—Ishtar, ¿nunca te dijeron que no se debe jugar con fuego? Porque puedes quemarte —tarareé con tono juguetón.

—¿Y qué harás tú? —preguntó, alzando una ceja.

No respondí. Solo la tomé del brazo y la acerqué a mi cuerpo, envolviéndonos con mis alas de dragón. Entonces, le di un suave beso en la frente, sellando nuestro contrato. Ishtar se sonrojó intensamente por el gesto.

[Relación con Ishtar +10] [80/100]

Cuando la solté, las chicas se quedaron con la boca abierta al ver a una Ishtar completamente sonrojada.

—El macho... —dijeron al unísono Merlín y Fujimaru.

—Fujimaru, ¿hay algo que este hombre no haga bien? —preguntó Merlín con una sonrisa burlona.

—No lo sé —respondió Fujimaru, aún sorprendido.

—¡Por ese atrevimiento, te dejaré sin maná! —gritó Ishtar con un puchero, antes de empezar a absorber mi energía a gran velocidad.

—¿Cómo es posible? Mis reservas están llenas, pero las tuyas no han bajado ni un poco —dijo sorprendida mientras me miraba con incredulidad.

—Bueno, creo que no lo sabes… pero soy un Dios Exterior. Tengo energía infinita, así que puedes absorber cuanto quieras.

—¿Un Dios Exterior? Entonces… ¿por qué me necesitáis? —preguntó Ishtar, claramente confundida.

—Hace poco hubo un gran terremoto causado por un ataque mío cuando me descontrolé un poco. Así que es mejor tener a una deidad más que pueda ayudarnos —dije mientras le dedicaba una sonrisa despreocupada.

—La verdad… fue un gran ataque —respondió Ishtar con una gota de sudor recorriéndole la frente al recordar el momento—. Así que sí, será mejor que os ayude para evitar otro desastre.

—Diosa Ishtar, ¿podría hacerle algunas preguntas? —intervino el doctor Romani a través del comunicador.

—Está bien. Acompañadme a mi templo. Luciano, ven tú también, ahora que eres mi Maestro.

—Como digas —respondí sin oponerme.

La conversación fue larga. El doctor Romani hizo varias preguntas, pero la más importante fue sobre qué había pasado con la otra persona que compartía el cuerpo que Ishtar ahora poseía. Su respuesta fue simple: ambas almas se unieron en una sola. Aquello pareció aliviar mucho al doctor.

De regreso al campamento, Merlín y Fujimaru comenzaron a hablar sobre lo poderosa que era Ishtar, lo que animó bastante a la diosa al sentirse idolatrada. Sin embargo, cuando mencionaron a Gugalanna, su expresión cambió drásticamente. Se puso nerviosa y aceleró el paso, alejándose del grupo. Yo solo sonreí en silencio.

Más tarde, ya en el campamento, me encontraba sentado frente a la fogata, en un trono hecho por mí, mientras Fujimaru dormía.

Entonces escuché unos pasos. Era Ishtar, envuelta en una manta, caminando tímidamente hacia mí.

—¿Puedo sentarme a tu lado? —preguntó con suavidad.

—Claro —respondí, extendiendo mi trono para hacerle espacio y calentándolo con el elemento fuego.

Ishtar suspiró de gusto al sentir el calor del asiento.

—Realmente te preocupas por ellos… incluso siendo un Dios.

—Ser un Dios no me hace mejor que cualquier otra raza. ¿De qué sirve la inmortalidad si no puedes compartirla con otros? —le dije con una sonrisa—. Además, se merecen un descanso.

—Todavía no puedo creer que me convencieras para unirme a vosotros —dijo riéndose levemente—. ¿Fue amor a primera vista?

—Hmm…

—Tal vez fue por eso que me convenciste. ¿No?

—Bueno… no voy a negar que eres muy linda. Y tu forma de ser me gusta bastante. Pero también me di cuenta de que eres muy diferente a lo que cuentan las leyendas.

[Relación Ishtar +10] [90/100]

—Gracias… Además, las leyendas no siempre cuentan toda la verdad. Al principio, sí era como decían: una Diosa que solo pensaba en sí misma.

—¿Y qué pasó?

—Después de que mi exesposo me traicionara con otra diosa cualquiera, mi mentalidad empezó a cambiar.

—¿Tu esposo te cambió por otra? Pero eso no tiene sentido… ¿quién cambiaría a la diosa más poderosa?

—Cuando me enteré, me separé de él. Viví sola por un tiempo… hasta que conocí a una familia humana que me acogió. Viví con ellos un buen tiempo y gracias a ellos, comprendí mejor a los humanos. Cambié.

Terminó de contar su historia con una sonrisa sincera.

—Me alegra mucho por ti —le dije con una sonrisa, lo que la hizo sonrojar aún más.

—Por cierto… quería decirte algo… ¡¡Achoo!!

Por el estornudo, su cabello se volvió rubio por un momento.

—Te queda muy bien el rubio. Combina perfecto con tus ojos rojos.

—Gracias… —respondió, completamente sonrojada.

[Relación Ishtar +10] [100/100]

—Ah, sí, era sobre mi relación con las otras diosas. Con Gorgona tengo una relación complicada. Pero a la diosa de la jungla nunca la he conocido, así que no sé cuál es su opinión sobre mí.

Yo solo asentí, mirándola con atención.

—¿Sabes por qué acepté bajar? —me preguntó. Yo solo negué con la cabeza.

—Es porque no puedo perdonar a Mesopotamia por lo que se ha convertido. No puedo creer que se separaran de los dioses e intentaran construir su propio mundo. Hay cosas que los humanos no pueden comprender ni hacer, y luego culpan a los dioses por ello. Es algo que he soportado durante mucho tiempo.

—¿Y qué es lo que deseas? —pregunté.

—Que humanos y dioses vuelvan a convivir en armonía.

—Es un gran sueño… Pero creo que solo deberían hacerlo aquellos dioses que realmente lo merecen.

—¿A qué te refieres? —preguntó con curiosidad.

—A que muchos dioses no respetarían a los humanos. Por ejemplo, Gorgona, que los usa como materiales para crear a sus bestias.

Ishtar solo asintió, comprendiendo el punto.

—Como me caes bien, te haré una oferta —dije con una sonrisa—. ¿Te gustaría viajar conmigo y con los demás por el multiverso para llevar la paz a otros mundos?

—¿A qué te refieres?

(Procedí a contarle la historia de Sidirus y mi misión.)

—Entonces, ¿qué opinas? ¿Te unes?

—Acepto… con una condición —dijo Ishtar, sonrojada—. Llévame a una cita.

—Bueno, no esperaba que la gran Ishtar se enamorara de mí. Por mí encantado, pero debes saber que tengo cuatro novias que decidieron compartirme, así que tú también tendrías que hacerlo. Sé que eres una diosa, por lo que quizá...

—Acepto —interrumpió Ishtar, completamente roja.

—¿Perdón? —dije, sorprendido, mirándola.

Un poco exasperada, se acercó y me dio un beso en los labios.

—Ahora hazte responsable de esta diosa por haberla enamorado.

Yo solo reí mientras la abrazaba y la envolvía con mis alas de dragón para darle más calor en aquella noche fría. Cuando me di cuenta, ya se había dormido.

—Sistema, dame la recompensa por la relación con Merlín, Ishtar y Ana.

[Guadaña de la Muerte Silenciosa]

"Forjada en las profundidades del inframundo, alimentada por los suspiros de los que nunca pueden morir."

Tipo: Arma Divina – Anti-Inmortalidad

Descripción: Esta guadaña fue creada específicamente para cortar la conexión entre las almas inmortales y su anclaje a la existencia.

En ese momento, la misma guadaña que poseía Ana, pero más grande, apareció en mi mano derecha, ya que en la izquierda estaba Ishtar dormida.

—Genial, me será muy útil. Bueno, ahora guardémosla en la bóveda y veamos la siguiente recompensa —dije mientras la guadaña se desvanecía en partículas doradas y desaparecía en mi bóveda dimensional.

[Grimorio de Avalon]

"Una vez que las palabras han sido escritas en Avalon, ni los dioses pueden deshacer su verdad."

Tipo: Artefacto Legendario – Grimorio Viviente / Magia Conceptual

Descripción: Un libro mágico conectado al Reino de las Hadas y Avalon. Este grimorio está vivo y contiene hechizos prohibidos que se adaptan al nivel de su portador.

—Perfecto, será ideal para cuando quiera usar magia avanzada o para que lo utilice algún compañero —comenté antes de guardarlo también.

[Maanna – Arco de la Diosa Celestial]

Tipo: Arma Divina (Arco de Energía / Control Gravitacional)

Rango: Planetario – Dimensional

Nivel: Divino Celestial

[Gugalanna – El Toro Celestial del Juicio]

Tipo: Invocación Suprema / Bestia Divina Celestial

Nivel: Divino – Apocalíptico

—Son increíbles —dije al ver un arco enorme materializarse junto a mí y una tablilla caer en mis manos. Guardé el arco sin dudar, pues ya sabía lo que era tras ver a Ishtar usarlo.

—Sistema, explícame esta tablilla.

[Esta tablilla es tu conexión con Gugalanna. Una vez que la actives, desaparecerá para siempre y Gugalanna será invocado como tu nuevo compañero.]

—Vale, tiene sentido. Creo que lo invocaré en una dimensión adecuada para crearle un hábitat apropiado —pensé mientras la guardaba en la bóveda.

—Bueno… parece que yo también tomaré una siesta —dije, recostándome en el trono, que transformé en algo más blando para dormir mejor.

Continuará…

More Chapters