En un mundo envuelto en la penumbra de la ambición y la traición, los ecos de una leyenda milenaria retumbaban en cada rincón del planeta. El Árbol del Edén, un coloso de raíces que parecían contener el mismísimo pulso de la tierra, se alzaba como un enigma en un rincón olvidado del mundo. Durante siglos, este árbol había sido el epicentro de las luchas más sangrientas y las alianzas más oscuras. Era la fuente de un poder que pocos podían comprender y que todos codiciaban.
Se decía que el Árbol del Edén no era de este mundo, que había caído desde los cielos como un fragmento de un reino divino, o quizá como el castigo de una fuerza superior. En sus ramas, una fruta especial, conocida como Lux Aeterna, emergía cada 500 años. Aquellos que lograban consumir este fruto único adquirían un poder ilimitado, suficiente para moldear el destino del mundo. Pero el Árbol tenía un don más oscuro: las mafias que juraban lealtad a su sombra obtenían habilidades extraordinarias a través de una conexión inexplicable con sus raíces. Estas habilidades, llamadas Dones del Edén, variaban desde el control de los elementos hasta poderes más abstractos como la manipulación del tiempo o la materialización de los temores más profundos.
En las sombras de la historia, el Árbol también había sembrado caos entre los pueblos. Las guerras que se libraban por su control devastaban ciudades enteras, dejando a su paso una humanidad dividida entre los que creían en su divinidad y los que temían su corrupción. A lo largo de los siglos, las mafias evolucionaron, adoptando rituales y pactos oscuros para mantener su conexión con el Árbol, convirtiéndose en los amos de un mundo que nunca sabría la verdad.
Una Historia Escrita con Sangre
Se contaba que en una era remota, un guardián había sido designado para proteger el Árbol. Era un guerrero de un poder inigualable, pero incluso él había sucumbido a la corrupción que emanaba de las raíces. Desde entonces, nadie había logrado dominar el equilibrio entre proteger y poseer el poder del Árbol. Cada nuevo intento terminaba en guerras interminables, dejando tras de sí un legado de destrucción y muerte.
Una noche, en un remoto bosque donde el Árbol había permanecido oculto durante generaciones, un grupo de mafiosos liderados por una de las familias más antiguas se adentró para reclamarlo. Entre ellos, una joven llamada Lucia, que tenía la habilidad de percibir los pensamientos de otros, se detuvo en seco al escuchar un susurro en su mente: "Tu deseo será tu condena". Antes de que pudiera reaccionar, las raíces del Árbol se alzaron, devorando al grupo en un instante. Desde entonces, el rumor se esparció: el Árbol no elige a cualquiera, y aquellos que no son dignos encuentran su fin en sus sombras.
La Caída del Primer Guardián
Ahora, el mundo estaba al borde de otra gran lucha. El Lux Aeterna había comenzado a formarse de nuevo, y las mafias de cada continente ya estaban movilizando sus fuerzas. El tiempo corría, y la fragancia del fruto, que se decía solo podía ser percibida por aquellos dignos de reclamarlo, ya se había esparcido por los vientos. En cada esquina del globo, se escuchaban rumores sobre alianzas rotas y nuevas guerras que pronto comenzarían. Las sombras del Árbol se extendían, y el mundo se preparaba para un caos sin precedentes.
Una Ciudad Bajo Sombras
En el corazón de una ciudad que nunca dormía, entre callejones iluminados por luces de neón y sombras que escondían más de lo que revelaban, se encontraba Akihiko Sora. A sus 17 años, Akihiko era considerado un prodigio dentro de la mafia que lo había criado. Su habilidad para manipular el vacío le daba una ventaja que nadie más poseía. Donde otros necesitaban fuerza bruta o armas, él podía desintegrar barreras, crear espacios de silencio absoluto o incluso borrar objetos de la existencia misma.
Aquella noche, mientras la ciudad bullía con la vida nocturna, Akihiko se encontraba en la azotea de un edificio, mirando el horizonte con una expresión impasible. Desde allí, podía observar una reunión en curso en un club exclusivo, donde los líderes de varias familias mafiosas habían empezado a llegar. Una decisión importante se tomaría esa noche: unir fuerzas para reclamar el Lux Aeterna o hundirse en una guerra sin fin.
El Vacío y la Decisión
Akihiko apretó el mango de su katana, Kurai no Kiba, recordando las palabras de su mentor: "El Árbol nos da poder, pero también nos quita todo. No olvides nunca que incluso el vacío puede llenarse de ambición". La brisa nocturna agitó su cabello negro mientras descendía del edificio con un movimiento fluido, casi imperceptible. En las sombras, una figura encapuchada lo observaba.
Antes de que Akihiko pudiera reaccionar, un cuchillo cruzó el aire hacia él. Con un movimiento preciso, desintegró el arma en pleno vuelo usando su habilidad, dejando tras de sí un rastro de oscuridad que se disipó como humo. La figura se retiró, pero Akihiko no la siguió. Sabía que pronto debería enfrentarse a amenazas más grandes que un simple espía.
"El juego ha comenzado", murmuró para sí mismo, mientras se dirigía hacia la reunión. En su interior, una inquietud desconocida comenzaba a crecer. Algo en el Árbol, en su mera existencia, parecía susurrarle preguntas que nunca había considerado.
La guerra por el Árbol del Edén había comenzado, y en su corazón, Akihiko sabía que no sería un peón más en este juego mortal.