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Sus manos recorrieron su espalda moviéndose hacia abajo con destreza, acariciando su culo con firmeza.
La situación se desarrollaba con una intensidad y rapidez que la asustaba, pero el creciente placer recorriendo su cuerpo le impidió tener tiempo para el miedo.
—Tienes que relajarte —dijo él en su oído con voz grave, mientras la sujetaba de los muslos, levantándola sin esfuerzo mientras presionaba su abultada erección entre sus piernas.
Amy, a pesar de la incertidumbre inicial, cedió a la presión enredando sus piernas en su cintura, dejando que sus músculos se relajaran bajo la firmeza de las manos de Daniel. Aunque su nerviosismo estaba presente, había una chispa de deseo creciente en ella que no podía ignorar.
Sabía que él tomaría lo que quería, y de alguna manera, en su mente, eso le daba una creciente sensación de seguridad. Estaba cansada de pensar y tomar decisiones por ella misma, y Daniel representaba una liberación, un escape del peso de la supervivencia.
No hubo palabras dulces, ni promesas. Solo una invitación implícita a lo que ambos deseaban.
Daniel sostuvo su culo redondo y suave, presionando constantemente su entrepierna contra ella.
— A~ah!— Amy jadeo su cuerpo temblando con necesidad.
—Confía en mí —dijo Daniel mientras sus manos deslizaban su camiseta hacia arriba, no traía sujetador por lo que sus pechos regordetes quedaron desnudos y vulnerables, Daniel disfrutaba de cómo ella reaccionaba ante cada movimiento, cómo sus pezones se erizaba al tacto de sus dedos.
Amy cerró los ojos, su respiración más rápida ahora. No podía evitarlo, no tenía experiencia en el sexo, para ella ese contacto lleno de miedo y creciente exitación ya era sumamente estimulante. Aquel control, esa presencia de Daniel, la hacía sentirse vulnerable, pero de alguna manera también segura. No tenía que preocuparse por tomar decisiones, solo seguir lo que él le dictaba.
—¿Tienes miedo? —preguntó Daniel con una ligera sonrisa, mordizqueando y succionando la piel de su cuello, aunque su tono era más inquisitivo que tierno.
Amy negó con la cabeza, aunque en su interior sí sentía algo de miedo, pero comenzaba a mezclarse con su inesperada excitación por la situacion.
—No… no tengo miedo..~uhh —respondió jadeante con una voz baja, casi inaudible.
La tensión aumentó cuando Daniel la besó de nuevo, esta vez más fuerte, con más urgencia saqueando su boca con su lengua. Mientras sus manos se movían por su cuerpo, acariciando y pellizcando suavemente sus pechos.
—Mmm..Haah~
No había dulzura en sus gestos, solo una necesidad cruda que se manifestaba en cada toque, en cada mirada.
Él no se estaba apurando, no estaba preocupado por lo que podría o no suceder. Solo estaba disfrutando de la sensación de tener el control, y sabía que Amy estaba dispuesta a seguirle el ritmo.
Su boca bajo para capturar un pezón entre sus dientes, Amy gritó arqueando su cuerpo hacia él. Siguió succionando y mordizqueando sus pechos mientras molia su erección contra ella.
— Ahh! ~espera..Hmmm
Daniel camino hacia la cama, dejándola caer antes de posicionarse sobre ella, con un mano sostuvo su nuca acercándola para besarla nuevamente, mientras su otra mano bajaba su short y bragas con destreza.
— Uuuu..Hmm~ — Amy gemia sin control, mientras las manos de Daniel estaban en su vagina húmeda y palpitante.
Acaricio y penetro su vagina con sus dedos unos minutos, mientras su boca le prestaba atención a sus pechos lamiendo y pellizcando. El cuerpo de Amy tembló de repente, sus suaves y hermosas piernas sujetaron con fuerza el brazo de Daniel, mientras miraba el techo algo perdida por las sensaciones que experimentaba.
—Oh!... Aghh! AAAH! — Una serie de gemidos salieron de su boca al alcanzar su primer orgasmo.
Daniel se distanció de ella dejándola disfrutar su liberación mientras se desvestía completamente, Amy lo miro ligeramente desde la cama, aún temblando por su liberación, su cuerpo tonificado y su pene grueso y largo eran intimidantes.
Lo vio acercarse nuevamente a ella, sujetando su muslos y obligándola a abrir sus piernas, antes de jalarla hacia el.
— Espera..Ah~ No entrara— Amy intentó luchar al sentir su pene cerca de su vagina.
Estaba segura de que no entraría, era muy grande.
Pero antes de que terminara de hablar Daniel empujó su cintura hacia delante.
— Aahh..Mm~ Ahn — Una fuerte oleada de placer apareció de repente, y el placer abrumador recorrio su cuerpo, haciendo que su mente quedará en blanco.
Daniel se detuvo mirando la vagina de Amy, su pene no entró ni siquiera hasta la mitad cuando sintió su himen impidiéndole entrar.
Sujeto una de sus piernas con una mano, mientras la otra sujetaba su cintura, se inclino hacia ella besando sus labios, bajando por su cuello hasta sus pechos, lamió y chupo mientras la punta de su pene se retiraba ligeramente antes de entrar de manera superficial dentro de ella.
Amy pareció relajarse abrumada por la exitación, así que aprovecho y penetro de golpe, rompiendo su himen, su pene enterrado hasta el fondo.
— Ayy!.. Duele ~ ah* Sácalo..sacalo— Los ojos de Amy estaban llenos de lágrimas, el dolor repentino fue inesperado.
Su tierna vagina parecía querer exprimir su pene, apretándolo con fuerza, Daniel también se sentía incómodo, pero siguió acariciando a Amy en sus puntos sensibles.
— Relájate — Insito volviendo a sus pechos chupando mientras su mano se movía entre ellos acariciando a Amy provocándole temblores.
— Mnghh! —Amy comenzó a sentir placer nuevamente, haciendo que se relajara perdiéndose nuevamente en la creciente lujuria, beso a Daniel mordiendo su labio cuando un espasmo recorrió su cuerpo.
— Hn… —Solto Daniel, el sonido profundo y oscuro, un gruñido de advertencia y placer mezclado, Amy miro a Daniel nerviosamente—Sigue así y te haré rogarme…
Advirtió lamiendo la sangre de sus labios, su mirada más oscura llena de advertencia, Amy no pudo responder antes de que Daniel enderezara su cintura, moviéndose nuevamente, cada embestida llegando hasta el fondo de su vagina.
— Mmm~ Ahn..Aahh~.... más lento* UH!. demasiado rápido~ — El cuerpo de Amy temblaba como si la hubieran electrocutado, retorciéndose una y otra vez, sus piernas contrario a sus palabras abrazaban con fuerza la cintura de Daniel. — Por favor...para Ahh ~
Daniel sonrío levemente, inclinado sobre ella, observándola como si ya supiera lo que viene.
—¿Por qué? —Su tono es bajo, provocador. Su mano se deslizaban por su cintura con una lentitud insoportable, antes de llegar a sus pezones y pellizcarlos.
Amy se estremecio, su cuerpo respondiendo antes que su mente.
—Aahh! Yo… no sé..Mm
Él suelta un suspiro divertido, su boca a centímetros de la suya.
—No sabes… —Repite sus palabras con burla, inclinándose lo suficiente para rozar sus labios sin llegar a tocarlos. —Entonces dime, Amy… ¿quieres que me detenga?
Sus dedos recorren la curva de su espalda, su tacto firme al llegar a su trasero, apretándolo de manera posesiva, sin detener sus embestidas. Amy aprieta los labios, aferrándose a sus hombros mientras temblaba con cada penetración.
—Aaahh! Siií~… Aghh
Daniel inclina la cabeza, observándola con diversión mientras sentía sus paredes vaginales apretando su pene con más fuerza.
—Mientes— Gruño, dándole la vuelta a Amy, sus manos y rodillas apoyadas en la cama mientras la sujetaba por la cintura obligándola a alzar el trasero.
La penetro por detrás, entrando con mayor profundidad, con un brazo evitaba que bajara el trasero y el otro se dirigió a sus pechos.
—Haaah!!.. ~a.a.aahh.Mm — Amy gimió sin control, retorciendo sus suaves nalgas inconscientemente.
— Levanta el trasero más alto— Ordenó Daniel, sosteniendo sus nalgas, disfrutando de la suavidad de su piel.
Amy se sintió un poco avergonzada, pero la posición por detrás parecía penetrar con profundidad dentro de ella, la sensación de estar llena y sentirse tan cómoda la hizo incapaz de evitar hacer lo que Daniel decia y levantó más el trasero.
Amy cerro los ojos un instante, su cuerpo temblando cuando él golpeo una de sus nalgas, robandole el aliento.
—No~ Uhh
—Shh… no necesitas hablar. —Su mano atrapo su nalga, acariciando y apretando, retirando su pene casi por completo solo dejando la punta dentro de ella—Tu cuerpo ya me dijo todo lo que quiero saber.
Amy gime suavemente, su frente apoyándose contra el colchón , sus dedos pellizcando las sábanas con fuerza.
Daniel empujó hacia adelante, su pene largo y grueso, llegando a lo más profundo de su vagina, el glande golpeando su útero.
— Aaaa!.. Noo. no golpees ahí. Uhh.. no .no lo golpees— Grito Amy, temblando, la sensación de su pene golpeando su útero era demasiado, su mente pareció quedar en blanco.
Daniel la penetraba con demasiada violencia, saliendo casi por completo antes de entrar con fuerza, cada vez que entraba su pene golpeaba su utero.
Sentía que llegaba al cielo y luego caía al infierno.
— Hmm~ a-aah.. tan profundo — Gimió sin control, perdida en el placer de cada embestida.
Daniel observo como su pene entraba y salía de su vagina, la contracción rítmica de Amy le advirtió que estaba cerca del orgasmo, así que aceleró sus embestidas sintiendo como su vagina lo succionaba y chupaba con fuerza.
— Aghh! AAAAH! — El cuerpo de Amy tembló sin control, sus paredes vaginales apretando su pene con fuerza, su cuerpo cayendo hacia enfrente debido al orgasmo que la golpeó, pero Daniel sujeto sus caderas sin dejar de embestir.
—No..ah~ Daniel ..ya no puedo ~UH — Gimió, aún atravesando su orgasmo, la penetración de Daniel solo incremento su placer, abrumando sus sentidos.
Daniel empujó varias veces, entrando y saliendo rápidamente, sintiendo su liberación cerca, estaba apunto de retirarse planeando terminar afuera, sin embargo al ver la figura temblorosa de Amy llena de sudor, volvió a empujar hasta el fondo golpeando su útero nuevamente, su semen disparando en las profundidades de su vagina.
—Haaaahh!!— Amy arqueo su cuerpo, incapaz de controlar los espasmos en su cuerpo, se estremecio al llegar nuevamente al orgasmo a causa de su eyaculación.
—Hmmm— Daniel mantuvo su pene enterrado en su vagina, disfrutando de su climax.
Después de un momento miro a Amy que aún era incapaz de controlar sus espasmos, reacio a salir de ella, pero al mirar su rostro sonrojado y su evidente cansancio finalmente saco su pene.
Los liquidos que habían sido bloqueados salieron sin control, manchando sus piernas y sábanas, dándole más obsenidad a la vista.
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Media hora después estaba vestido nuevamente, se había duchado y encargado de limpiar a Amy, ahora descansaba desnuda en la cama, cubierta con una manta.
Miro la hora, el tiempo había pasado, la madrugada finalmente había llegado.
La mayoría descansaba, pero el necesitaba moverse.