Dan Heng permanecía en silencio apoyado en la pared. Su postura rígida y su ceño fruncido indicaban que algo le preocupaba profundamente.
Himeko, que había notado su comportamiento, se acercó con una taza de café en la mano.
"Dan Heng, has estado así desde que se fueron. ¿Qué pasa? ¿Te preocupa la seguridad de esos tres? Relájate, están con Welt."
Dan Heng tardó unos segundos en responder.
"... Himeko, tu guardaste una grabación del mensaje de los Cazadores de Stellaron ¿Verdad? ¿Me la podrías enseñar?"
Himeko parpadeo con confusión pero accedió, activando la grabación. Ambos observaron en silencio mientras la figura de Kafka se materializaba una vez más, transmitiendo su mensaje. Dan Heng prestó especial atención, y cuando la imagen de Blade apareció junto a ella, su expresión cambió drásticamente.
"Detenlo aquí." Pidió.
Himeko pausó la grabación. Dan Heng se inclinó hacia adelante, analizando el rostro de Blade con un brillo extraño en los ojos.
"¿Lo conoces?"
"Maldicion. Es él, Luofu está en peligro…" Dijo con voz baja, mientras fruncia el ceño.
"Si el se encuentra abordo entonces ¡El Sr. Yang, 7 de Marzo, Stelle y Aleph… ellos también están en peligro con ese hombre allí!"
"Debo ir allí de inmediato."
Himeko sonrió levemente y dejó la taza de café sobre la mesa.
"Lo entiendo. Entonces ve con ellos. Yo me encargaré de cuidar el Expreso y hacerle compañía a Pom-Pom."
Dan Heng la miró por un instante antes de asentir con gratitud.
"Gracias, Himeko."
Cuando se disponía a salir, ella hizo una última pregunta.
"Cuando todo esto termine, ¿seguirás viajando con nosotros en el Expreso?"
Dan Heng no se detuvo ni se giró, pero su respuesta fue clara y firme.
"Sí."
Con esas palabras, desapareció en la distancia.
....
Al pisar de nuevo el espacio dentro del puerto, Dan Heng saco su teléfono.
Su ceño se fruncio al ver que los mensajes no se enviaban.
"Algunas funciones se mantienen, pero de momento la comunicación con los demás no parece ser posible."
Continuó avanzando, tal vez podría alcanzar los si se apurada y así decirles todo en persona.
"Igual que cuando me fui, ha cambiado poco... Como lo recuerdo, no había más que oscuridad."
Pronto se detuvo.
El aire vibraba con una energía familiar, y en cuestión de segundos, se vio rodeado por soldados poseídos y engendros.
Dos tipos de criaturas emergieron de entre las sombras eran parecidos a "aves" sus colores eran verde y otras de tono morado.
Dan Heng adoptó su postura de combate, sacó su lanza y se preparó para lo inevitable.
"No tengo tiempo para esto…" murmuró antes de lanzarse al ataque.
Con movimientos rápidos, derribó a varios soldados y esquivó los ataques de los engendros.
...
Al final los engendros y soldados no habían sido un desafío más allá de sus números, por lo que vencer a unos cuantos y escapar fue la mejor opción.
A lo lejos, Dan Heng escuchó el sonido de una espada chocando contra múltiples enemigos.
Se apresuró en esa dirección y encontró a una joven de cabello castaño que luchaba contra un grupo de soldados poseídos.
"¡Quedate detrás yo me encargaré de esto!"
A su lado, un joven de cabello rubio largo, vestido de blanco, se mantenía sereno mientras cargaba un ataúd blanco con detalles dorados y una gema verde incrustada en el centro. Sus ojos a pesar de la precaria situación solo revelaban calma en ellos.
"¡Resiste un poco más!" Exclamó la joven, lanzando una poderosa estocada contra un enemigo.
Pero la batalla era desigual. Un soldado poseído logró colarse en su guardia y le infligió una herida en el costado, haciéndola caer de rodillas.
Dan Heng reaccionó de inmediato, interponiéndose entre ella y el enemigo, bloqueando el ataque con su lanza. En ese momento, el joven rubio dejó el ataúd en el suelo, una espada apareció en su mano.
"Déjame ayudarte." Dijo con voz tranquila, pero firme.
El ambiente pareció cambiar cuando el joven comenzó a moverse.
Un resplandor verdoso emanaba de su cuerpo, envolviendo a la chica y a Dan Heng en una energía restauradora. La herida de la joven sanó al instante, y Dan Heng sintió su energía renovarse.
"Increíble…" Murmuró la chica, recuperando el aliento.
...
Con el apoyo del joven, lograron repeler a los enemigos restantes. Cuando el último soldado cayó, la chica camino hacia Dan Heng con una sonrisa.
"Soy Sushang de los Caballeros Nimbus ¡Me acaban de transferir desde el Yaoquing!" Pronto hizo un puchero y los señaló a ambos. "Ustedes no deberían haberse involucrado, deberían dejar el trabajo duro en manos de los profesionales. No tengo ojos en la nuca ¡¿Y si les daba?!"
Dan Heng suspiro mientras se frotaba la frente.
"Si me hubiera quedado allí sin hacer nada te hubieras hecho mucho más daño."
Comentó el joven con una sonrisa.
"En fin, como les decía ¡El trabajo de un Caballero Nimbus es proteger a los demás! Y esta es un área cerrada, por favor siganme y los llevaré a un lugar seguro." Una vez dicho eso, Sushang se volteó para poder mirar mejor a Dan Heng. "Por cierto, esa técnica de lanza de los Caballeros Nimbus fue increíble ¿De que unidad eres?"
"No soy un Caballero Nimbus."
"¿Eh?"
El joven dio un paso adelante interrumpiendo la conversación.
"Señorita Sushang ¿Usted sabe que ha ocurrido aquí? Nunca había visto a la Dársena de Astroesquifes de esta forma."
"Honestamente, ni siquiera yo lo se. Solo estoy cumpliendo la orden que me dieron de ayudar y escoltar a todo civil que encuentre. Así que ¡Vengan conmigo!" Sushang se dio la vuelta y comenzó a caminar pero pronto se detuvo y volteó a mirarlos.
Con una expresión un tanto avergonzada Sushang les hizo una pregunta.
"Eh... Tengo que llenar formularios al llegar y no puedo dejarlos en blanco... ¿Cuales habían dicho que eran sus nombres?"
***********
El sonido de los pasos resonaba suavemente en la plataforma metálica del muelle mientras el grupo esperaba. El ambiente estaba cargado de una tensión sutil, acentuada por la imposibilidad de contactar al Expreso Astral.
"Sigue sin haber respuesta…" Murmuró Stelle con el ceño fruncido, revisando su teléfono una vez más.
"Entonces no es un problema del guantelete de Aleph..." 7 de Marzo parecía confundida.
"Es probable que el Stellaron esté interfiriendo con las comunicaciones hacia el exterior, al igual que ocurrió en Jarillo-VI." Intervino Welt con calma, cruzando los brazos mientras analizaba la situación.
"¿Otra vez?" 7 de Marzo infló las mejillas, molesta.
"¿Por qué las cosas se complican tan rápido?"
"Jajaja ¡Es parte de la experiencia de ser un Trazacaminos!" Comentó 7 de Marzo.
Aleph suspiró y miró hacia el cielo mientras se preguntaba.
¿Cuando tendrán un descanso para almorzar?
Tingyun dio un paso adelante con una sonrisa.
"Siendo así, no hay tiempo que perder. Permítanme presentarles a nuestro querido ayudante que facilitará la búsqueda."
Con un gesto de su mano, activó una pequeña máquina que flotó hasta quedar en medio del grupo.
Se trataba de un cachorro mecánico, de diseño bastante refinado, con ojos brillantes y patas metálicas que emitían poco ruido al moverse.
"¡Ohhh, qué lindo!" 7 de Marzo se agachó de inmediato para verlo más de cerca, casi tocando su nariz contra la del perro mecánico. "¡Mira, Aleph! ¡Tiene hasta una colita que se mueve!"
Aleph trato de ser más sutil pero por la mirada en su rostro era más que obvio que estaba de acuerdo con 7 de Marzo.
"Es… curioso. ¿Se abalanzara sobre Kafka y la mordera?"
"Si y no. No solo es lindo, sino que también es extremadamente útil. Este es Diting." Continuó Tingyun con una ligera risa. "Esta herramienta de búsqueda ha sido diseñada especialmente por la Comisión de Artesanos para la localización imitando los sentidos de los raposianos, pero llevándolos a un nivel mayor. Nos será de gran ayuda para encontrar a Kafka."
"Una gran ventaja para nosotros, aunque me pregunto qué tan preciso será." Comentó Welt con un tono pensativo.
"Lo descubriremos pronto." Replicó Tingyun con un guiño juguetón mientras hacía una seña para que el grupo la siguiera hacia el astroesquife que los llevaría al astillero del puerto Miraestrellas.
.....
Una vez allí, el cachorro mecánico comenzó a moverse con rapidez, siguiendo rastros que el grupo habria ignorado sin su ayuda. El grupo lo siguió con cautela, recogiendo pequeñas evidencias que confirmaban que Kafka había estado en la zona.
"Esto es raro." Murmuró 7 de Marzo mientras levantaba una prenda de tela rasgada, parecía haber sido parte de la ropa de un Caballero Nimbus. "¿No creen que es demasiado fácil? ¡Es como si las hubiera dejado a propósito!"
La expresión de Aleph se endureció un poco cuando un pensamiento cruzó por su mente.
Esto no era igual a...?
"Esto no me gusta." Comentó con el ceño fruncido. "Algo está mal aquí. Si es tan sencillo encontrar el rastro de Kafka, una fugitiva con una gran recompensa, eso solo significa una cosa, podríamos..."
"Estar caminando directo a una trampa."
Welt asintió lentamente, su expresión reflejando el mismo pensamiento.
"Es probable que Kafka haya preparado una emboscada. Pero como están las cosas, no tenemos más remedio que seguir adelante. Esta podría ser nuestra única oportunidad para atraparla."
El grupo intercambió miradas. No había duda de que estaban adentrándose en territorio peligroso. Aun así, no podían darse el lujo de retroceder.
"Entonces, mantengamos la guardia alta." Afirmó Stelle, mientras colocaba su bate en el hombro.
"¿Eh? ¿Un lápiz de labios? "Un regalo para los perdidos..." Tch." 7 de Marzo apretó los dientes. "¡Esa mujer! ¡Se está burlando de nosotros!"
Dejando de lado la situación con Kafka, Aleph no pudo evitar preguntarse una cosa.
¿Por qué su nivel parecía haberse detenido en 30 a pesar de que habían derrotado ya a númerosos engendros y soldados poseídos, por no hablar de esos discípulos de Sanctus Medicus?
"¿Aleph?"
Aleph se dió la vuelta y vio a Stelle llamándolo.
"Olvidalo, ya averiguare que paso en otro momento."
"¿Que ocurre?"
El cachorro mecánico emitió un pitido agudo, señalando una nueva pista.
Un rugido se escuchó y varios soldados poseídos por Mara aparecieron.
7 de Marzo soltó un gemido molesto.
"¿Mas de esas cosas?"
Aleph en su lugar...
"Ja... Jajajaja." Se expresión se deformó en una sonrisa forzada mientras apretaba el bate de hielo recién creado en sus manos. "¡¿Estas cosas no saben dejar a uno descansar?!"
Y con un grito furioso se abalanzó sobre los enemigos bajo la mirada sorprendida del grupo.
"¡Eso Aleph, acabalos!" Grito 7 de Marzo, después de todo si el se encargaba de vencerlos ella no tendría que hacer nada.
Poco después Stelle siguió su ejemplo.
Welt suspiro mientras levantaba su bastón, mejor terminar rápido y seguir avanzando.
*********
El grupo continuó avanzando por el astillero siguiendo las pistas encontradas por el cachorro mecánico.
7 de Marzo rechinaba sus dientes mientras leía en voz alta una de las notas pegadas en una caja de suministros.
"¡Vaya, qué dedicación la suya! Si tanto querían verme, bastaba con pedirlo~"
"Se esta volviendo casi tan frustrante como las peleas con esas malditas cosas." Murmuró Aleph, cruzándose de brazos.
"Y lo peor es que ni siquiera intenta ocultarlo." 7 de Marzo tenía una expresión tan feroz que ni Aleph se atrevió a molestarla.
Tingyun fruncio el ceño mientras Diting emitía un ladrido, indicando que habían llegado al punto final.
"El rastro... ¿Desaparecio?"
"Cuando el rastro de la presa desaparece, el cazador debería tener cuidado."
Frente a ellos, en el centro de una plataforma de carga con Caballeros Nimbus a su lado, estaba Kafka, de pie con una expresión tranquila y una ligera sonrisa.
"Por qué podría significar que han cambiado las tornas. Oh, llegaron más rápido de lo que esperaba." dijo con una sonrisa mientras pasaba una mano por su cabello. "Y pensar que estaban tan ansiosos por verme... Me hace sentir especial."
La expresión de Tingyun era grave.
"Esos Caballeros Nimbus no han sido poseídos por Mara... ¿Qué les hiciste?"
"Oh nada en realidad, solo les hice una amable petición y ellos me escucharon. Stelle sabe a lo que me refiero ¿Verdad?"
7 de Marzo frunció el ceño y levantó su arco.
"¡Deja de jugar con nosotros y dime qué estás planeando!"
"¿Planear?" Kafka ladeó la cabeza, con una expresión curiosa. "¿Acaso crees que todo lo que ha sucedido hasta ahora no estaba calculado? ¿Desde el momento en que pusieron un pie aquí, todo ha salido exactamente como debía?"
"Lo dudo mucho," intervino Welt. "Si realmente controlaras cada variable, no estaríamos teniendo esta conversación. No eres infalible, Kafka."
"Quizás no lo soy." admitió con una leve inclinación de cabeza. "Pero eso no significa que no pueda divertirme un poco viendo cómo intentan atraparme ¿Verdad? La diversión es una parte esencial de la vida."
Antes de que alguien pudiera responder, un estruendo sacudió la plataforma. De las sombras comenzaron a aparecer soldados poseídos por la Mara y Engendros de viento y electricidad, sus ojos brillando con un fulgor siniestro. El grupo se puso en guardia de inmediato.
"Lo sabía, esto era una maldita trampa." Murmuró Aleph mientras apretaba los dientes.
Cuando pensaba en su descanso perdido, las numerosas batallas en el camino, el hecho de que ya no estaba subiendo de nivel y qué por ende ya no se revitavilizaba con cada subida.
No pudo evitar sentirse molesto.
"¡Vas a caer!" Grito mientras miraba a Kafka.
La mirada de Kafka se detuvo unos momentos en Aleph antes de desviarse.
"Aquí no, la Gran Adivina aún está muy lejos y el lugar tampoco me conviene."
"¿Y por qué deberíamos ir a tu conveniencia, Kafka?"
"¿Por qué tanto drama, Welt Yang? Solo quiero ver cuánto ha mejorado nuestra querida Stelle." dijo Kafka con un tono bastante dulce mientras observaba a la joven con una mirada casi maternal.
Sin más preámbulos, los enemigos se abalanzaron sobre el grupo.
Stelle, Aleph y 7 de Marzo avanzaron con rapidez para enfrentarlos mientras Welt proporcionaba apoyo desde atrás.
Kafka observaba la pelea con los brazos cruzados. Pronto sonrió y comenzó a retirarse con calma.
"¡No creas que te dejaremos escapar tan fácilmente!" Gritó Stelle, avanzando hacia ella.
Sin embargo, antes de que pudieran alcanzarla, la puerta que atravesó se cerró frente a ellos bloqueandoles el paso. Desde el otro lado, vieron a Kafka despedirse de ellos mientras alejaba tranquilamente.
"Bueno, esto ha sido divertido, pero me temo que debo irme. Nos vemos pronto... No se preocupen, no los haré esperar demasiado."
7 de Marzo respiraba agitadamente, su cabello estaba hecho un desastre.
"Esa mujer es un problema."
Welt ajustó sus gafas y miró hacia el lugar donde Kafka había estado.
"Sí, pero su comportamiento hoy ha sido... extraño. No parecía preocupada por escapar. Más bien, estaba esperando algo."
Aleph se quedó en silencio, mirando el punto vacío donde Kafka había desaparecido, con una extraña sensación en el pecho que no lograba entender.
"Por ahora, lo mejor es reagruparnos y analizar lo que pasó." Sugirió Tingyun con una sonrisa serena. "Estoy segura de que las respuestas vendrán en su debido momento."
Con una sensación de incertidumbre flotando en el aire, el grupo se preparó para lo que vendría después.
Diting soltó un ladrido antes de comenzar a perseguir el rastro de Kafka.
7 de Marzo soltó un quejido mientras trataba de acomodar su cabello.
"¡Esa mujer me debe un tratamiento en el Spa después de esto!"
...
El sonido de los pasos del grupo resonaba en el metal del astillero mientras perseguían a Kafka. Al final Aleph había ignorado por completo las palabras de Tingyun y destruyó la puerta.
La mujer se movía con una gracia casi burlona, sin prisa alguna, como si estuviera esperando que la alcanzaran. De vez en cuando, volteaba sobre su hombro y lanzaba miradas divertidas a Stelle y Aleph.
"Tan insistentes…" Comentó Kafka con una sonrisa serena. "Y aquí pensaba que al menos me dejarían un poco más de ventaja."
"No estamos aquí para jugar." Replicó Aleph con los dientes apretados, quería un descanso y si para hacerlo tenía una atrapar a Kafka, bueno eso es lo que haría. "No importa cuánto lo intentes, esta vez no escaparás."
"Oh, ¡pero si no estoy intentando escapar!" Respondía ella, deteniéndose de golpe y girando sobre sus talones con una expresión traviesa. "¿Y si les dijera que este era mi destino desde el principio?"
7 de Marzo bufó con fastidio.
"Ugh, otra vez con lo de "todo es parte del plan". No puede ser que en serio creas que vas a convencernos con ese truco barato."
Pero Kafka ni siquiera la miró. Su atención estaba sobre Stelle. La observaba con un destello de satisfacción en los ojos.
"Has cambiado." Murmuró, con un tono bastante satisfecho.
Stelle frunció el ceño, pero no respondió. Había algo en la voz de Kafka que la incomodaba profundamente.
Aleph observó con atención. La actitud de Kafka hacia Stelle era clara, pero lo que lo intrigaba era cómo también lo miraba a él.
Hasta donde el sabía su primer encuentro había sido con el holograma dentro del Expreso Astral
"Es curioso…" Murmuró Kafka, inclinando levemente la cabeza. "No esperaba verte aquí. Y, sin embargo, aquí estás, no supimos nada de ti por mucho tiempo."
"¿Te decepciona?" Replicó él, con una expresión impasible, ella no era la única que podía soltar palabras al azar para molestar al otro.
Kafka sonrió levemente, pero sus ojos reflejaban algo distinto, algo que ni ella parecía comprender del todo.
"No." Susurró. "Me hace… feliz."
Por un instante, el silencio se extendió entre ellos. Pero Welt interrumpió la atmósfera.
"Dejate de juegos Kafka. Desde el principio, tu "huida" ha estado demasiado controlada. ¿No lo ven? Nos está llevando a un punto específico."
Solo lo miró, no dijo una palabra, en su lugar sacó sus armas.
"No nos enaltescaz, Welt Yang, ni yo ni los Cazadores de Stellaron hemos planeado nada. Solo estamos interviniendo y siguiendo las mejores rutas posibilidades."
Aleph sintió un dolor de cabeza, normalmente le gusta pelear, pero incluso él podía hartarse.
"Lo que sea... ¡Deja de enredar las cosas y pelea!"
El aire se volvió pesado en el momento en que Kafka levanto su mano con calma.
Sus dedos apenas se movieron, y una oleada de energía psíquica invadió la mente de Aleph y Stelle, ambos fruncieron el ceño.
"Relájense… ¿No sería más fácil simplemente rendirse?" Dijo con esa voz melódica, mientras desenfundaba su katana.
Stelle chasqueó la lengua, resistiendo el intento de manipulación mental.
Aleph, por su parte solo resolplo.
Kafka fruncio el ceño al sentir como su percepción era manipulada, pronto vio múltiples Aleph y Stelle rodeandola.
"¿Que pasa? ¿Acaso creías que eras la única capaz de manipular a los demás?" Comentó con una sonrisa burlona.
Sin embargo, la Cazadora de Stellaron no parecía preocupada.
Con un movimiento de su katana,barrió el lugar, disipando las ilusiones como si fueran humo.
"Un bonito truco, pero al final es solo eso... Un truco."
Pero ese instante fue suficiente para que Stelle apareciera a su lado con su bate listo para acestar un golpe.
El golpe bajó con una fuerza demoledora.
Por unos momentos Kafka pareció sorprendida por la velocidad de Stelle, pero pronto sonrió una vez más y esquivó su ataque sin mucho esfuerzo.
Un chillido sobrenatural llenó el aire. Desde las sombras, un enjambre de moscas demoníacas se lanzó hacia ella.
"¿Moscas? ¿En serio?" Kafka frunció el ceño, sintiendo cómo la energía era drenada de su cuerpo. Intentó alejarse con un salto, pero en el momento en que tocó el suelo, una lanza de hielo surgió de la nada, obligándola a desviarse en el último segundo.
Aleph ya estaba a su lado, su bate de hielo reluciendo mientras lo elevaba con la fuerza de un Bufula y un Zio mejorados.
Kafka reaccionó con rapidez, bloqueando el golpe con su katana que crujió bajo la presión del impacto. Antes de que pudiera contraatacar, un proyectil de hielo la alcanzó en el costado. 7 de Marzo, con su arco de hielo en alto, le guiñó un ojo.
"¿Demasiados frentes para defender al mismo tiempo? Qué mala suerte, ¿no?"
Kafka ni siquiera le dio una respuesta, flexionando los dedos. Un pulso de energía invisible sacudió la zona, obligando a Aleph y Stelle a retroceder. Sin embargo, en ese instante, la voz de Welt se alzó con serenidad desde la retaguardia.
"No tan rápido. Después de todo aún tienes que ver al General."
El espacio se distorsionó a su alrededor, Kafka sintió cómo sus movimientos se ralentizaban levemente haciendo que frunciera el ceño.
"Vaya, que desagradable." Murmuró mientras tomaba una de sus armas. "Gracias, pero no. No me gusta moverme al ritmo de otras personas, Welt Yang." Comentó mientras se inclinaba con una falsa cortesía.
Una lluvia de balas cayó sobre la posición de Welt, pero su expresión no cambió en lo más mínimo mientras esquivaba todo.
"Que desafortunado."
Stelle cargó de nuevo, su bate vibrando con energía. Aleph, a su lado, elevó su arma, y en un destello cegador, la recubrió con la chispeante luz dorada y azul de As Estellar.
Kafka sonrió una vez más, incluso la desventaja que tenía parecía no afectar su estado de ánimo.
Justo en ese momento, un repentino estruendo llenó el aire.
Kafka apuntó sus armas hacía arriba y soltó una ráfaga de disparos.
Una voz se escuchó viniendo desde arriba.
"Que rudimentario..." Era una voz suave, bastante aburrida. "Es que no vez."
Con el movimiento de sus manos las balas de Kafka se desviaron mientras su pequeña figura aterrizaba en el suelo detrás de Kafka.
"...Que ya previ todos tus movimientos?"
Desde las sombras de las estructuras del astillero, figuras se desplegaron. Caballeros Nimbus, armados y disciplinados, emergieron en formación.
"Soy Fu Xuan, la Gran Adivina. A partir de aquí yo me haré cargo de esta criminal." Declaró, con una voz firme.
"Saludos tripulantes de Expreso Astral. Este debería ser nuestro primer encuentro... Aunque dado que ya los he visto anteriormente en una visión quizás podría ser considerado el segundo." Su rostro permaneció inexpresivo mientras los miraba. "Los amigos lejanos deberían ser recibidos con buen vino, pero, por desgracia, el cielo, la tierra y el cuerpo no están alineados para tal ocasión. Vayamos al asunto que nos ocupa."
Aleph no pudo evitar pensar mientras la miraba.
"¿Otra Loli? Dios, que pasa con los asiáticos y este fetiche."
7 de Marzo parpadeó, desconcertada.
"¿Qué? ¡Espera! ¿Cómo que "Los he visto antes aunque este sea nuestro primer encuentro"? ¿Nos estuviste siguiendo?"
Fu Xuan la miró con calma.
"¡Ejem! Si tienes algún problema con mi forma de hablar solo dilo, más no lo grites. Que grosera."
7 de Marzo frunció el ceño y volvió la cabeza hacia Aleph con una expresión de desconcierto.
"Aleph, dime que tú entendiste algo de lo que dijo."
Aleph suspiró mientras se frotaba la frente.
"Lo siento, el servicio que busca solicitar esta temporalmente incapacitado y fuera de línea. Por favor consulte de nuevo en unas horas."
"¡¿Desde cuando eres un servicio?! ¡Y que pésima calidad, al menos deberias darme una compensación!"
"El costo del pack de masajes especiales de Aleph™ será reducido de 10.000 créditos a 9.900 créditos durante los siguientes 15 minutos como compensación... Promoción solo valida dentro del Expreso Astral."
"¡Que robó!"
La tensión en el aire se disipó un poco con la intervención de los Caballeros Nimbus, quienes aseguraron a Kafka.
La mujer no puso resistencia; al contrario, se dejó capturar con una expresión tranquila, como si... Como si hubiera logrado justo lo que quería.
Mientras se la llevaban, Kafka miró una vez más a Stelle y Aleph. Su expresión seguía siendo indescifrable, pero había algo en sus ojos… algo que insinuaba que esto aún estaba lejos de terminar.